No es una moda ni un esnobismo. Hoy día, las acciones de reducir, reutilizar y reciclar son más necesarias que nunca en un planeta que sufre las consecuencias devastadoras de la irresponsabilidad el ser humano. La Unión Europea mantiene planes de actuación y concienciación en ese sentido, que en nuestro país están mejorando la situación, pero no acaban de calar. Es necesario un esfuerzo mayor para el ciclo de reciclado de los hogares o la calle, los comercios o las pequeñas empresas. Las corporaciones deben concienciarse de que la manera en que venden sus productos incide directamente en las dificultades para ese reciclaje, con especial presencia de plásticos, films y otros elementos.
Los vertederos suelen ser el destino de la mayoría de los residuos de nuestras ciudades. Según cifras de entidades acreditadas solo el 30 por viendo de esos residuos se reciclaba en los últimos años de manera óptima. La teoría es que en el presente 2020 la mitad de toda la basura generada por hogares y pequeñas empresas debería ser tratada de manera efectiva. Algo que aún no se consigue. España junto a Grecia, Portugal está entre las naciones que menos cumplen la directiva sobre residuos. En ese sentido Greenpeace mantiene que podemos estar 10 puntos por debajo de la media de la Unión Europea, lo que nos obliga habitualmente a pagar sanciones por ello.
El Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR), estableció entre sus metas prioritarias no sólo reciclar la mitad de todos los residuos urbanos, sino también de reducir los vertidos municipales al 35%. Anualmente se generan en España más de 25 millones de toneladas de residuos, que en buena parte acaban en vertederos sin procesos de reciclaje. Las comunidades autónomas más cumplidoras son Navarra, Catalunya y La Rioja y las que menos País Vasco, Islas Baleares, Galicia, Catalunya y Cantabria. La Comunidad de Madrid ocupa el penúltimo puesto y Melilla en el último. La baja tasa de Madrid se explica por la escasa valorización de la materia orgánica, que supone más del 30% de los residuos domésticos y la baja recuperación de envases ligeros como botellas, papel film o latas. El esfuerzo en el reciclaje de plásticos se ve oscurecido por el hecho de que se recolectan mezclados, cuando deberían ser tratados y separados previamente para poder reciclarse.
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