La memoria de los extrarradios de las ciudades está llena de grandes extensiones repletas de coches desahuciados que se apilaban unos sobre otros en interminables hileras. Se conocían como “cementerios de automóviles” y la sociedad tenía de ellos una imagen de estercoleros de chatarra a los que iban a parar toneladas de materiales de todo tipo que la sociedad desechaba y quitaba de en medio con este particular destierro. Eran monumentos a la acumulación caótica de elementos inservibles, la mayoría de ellos coches, de los que se iban recuperando piezas y cuyos resultados para el medio ambiente eran más que cuestionables.
Con el paso del tiempo, diversas leyes medioambientales han ido poniendo orden en ese amontonamiento sin pies ni cabeza para poco a poco ir dando sentido a la existencia de los desguaces y su importancia en el tratamiento de residuos. Hoy día, estas industrias están muy definidas y controladas, altamente especializadas y comprometidas con la naturaleza gracias a procesos de reciclaje que nos permiten como sociedad actuar sobre la reducción del impacto ambiental de los desechos que se generan, en concreto en lo que respecta al momento en el que acaba la vida útil de un vehículo. Son los llamados Centros Autorizados de Tratamiento y Recogida de Vehículos. Ahora estas plantas son responsables de evitar el abandono o mal tratamiento de los vehículos, reduciendo la repercusión de la chatarra en el medio ambiente.
Estas plantas autorizadas se encargan también de llevar a cabo una serie de procedimientos regulados en cuando a trámites que conviene conocer, ya que nos van a facilitar el momento en el que nuestro coche llegue al final de su camino. Ahora, estos establecimientos centralizan los procedimientos para dar de baja un vehículo, ya que en ellos se puede tramitar gratuitamente la baja definitiva, temporal o por exportación de cualquier automóvil. También en el caso de que lo que necesitemos sea la baja definitiva del vehículo será el Centro Autorizado el encargado de ello. El Centro Autorizado es el encargado de emitir un certificado de destrucción del coche. Este documento será necesario para certificar que el automóvil ya no está en circulación y que sus diferentes piezas han seguido un adecuado proceso de descontaminación y reciclaje según marca la regulación vigente.
Otro aspecto a valorar en la función de los desguaces es la tasación de vehículos, muy útil en caso de coches que se declaran como siniestros, y que acaban en estas plantas, o en coches de segunda mano cuyos propietarios desean conocer su valor objetivo para poder ponerlos en el mercado con un precio justo.
Los desguaces tienen una labor fundamental a la hora de evitar la contaminación peligrosa provocada por los coches. Ello es posible gracias a la reutilización de los materiales y elementos que conforman el vehículo. Se aprovechan los recambios en buen estado y se reciclan los metales y chatarra de manera sostenible. Esto posibilita que estas plantas contribuyan a la economía sostenible mediante la reutilización y reciclaje de bienes de consumo.
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