Las fragmentadoras de metales son maquinarias especializadas en el reciclaje y recuperación de la chatarra férrica y no férrica. El fin de estos dispositivos industriales es el de reducir a trozos pequeños paquetes de chatarra y seleccionar sus componentes, de manera que queden separados los diferentes materiales de los que están compuestos y así se facilite su reutilización.
El proceso de reciclaje con este tipo de maquinarias se inicia con la fragmentación, fase en la que la fragmentadora tritura el material fuera de uso y va separando sus componentes mediante diversas técnicas. El proceso se inicia en un rotor donde unos martillos van rodando y triturando el material hasta reducirlo a pequeños trozos de chatarra. En el interior del mecanismo se produce una aspiración que va a posibilitar la separación del polvo o restos de suciedad para ser transportado a un silo de recogida en el que es depositado. En esta técnica de aspiración se separa el residuo ligero, siendo otras técnicas como las magnéticas, las de vibración o las de zig zag las encargadas de tratar la chatarra fragmentada de mayor volumen.
El tratamiento en zig zag consiste en una caída del material que conlleva que el material se golpee en los lados mientras sufre una nueva aspiración, de manera que ésta se encarga de recoger materiales irrecuperables como los tejidos o la espuma que van a acabar en su correspondiente vertedero ya que no pueden ser devueltos a ninguna cadena de procesamiento.
El resto de material es viable para su recuperación por lo que es sometido a una bandeja vibratoria que lo conduce a un tambor magnético en el que un complejo sistema de imanes van a permitir una separación que distingue entre material férrico y no férrico. El derivado del hierro es conducido a otras instalaciones para su procesado mientras que el que no contiene este mineral y que suele estar compuesto de gomas y otros metales como el aluminio o el cobre se trata para que éstos sean separados de manera individual para su óptima y adecuada recuperación.
De esta manera, a la salida de la máquina fragmentadora de metales encontraremos materiales de tres categorías. Por un lado los no reutilizables, que acabarán desechados en su correcto y controlado vertedero, el material férrico que irá a parar a fundiciones para obtener una nueva vida, y las gomas y metales diversos que también encontraran una nueva oportunidad, y que en ocasiones proporcionarán alto valor en el caso de elementos como el cobre.
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